En el cierre de la fase todos contra todos de la Liga BetPlay, Deportivo Pasto cayó 2-1 en su visita al Atlético Bucaramanga en el estadio Américo Montanini, en un partido que reflejó muchas de las falencias que acompañaron al conjunto nariñense durante todo el semestre.
El marcador lo abrió tempranamente Facundo Bone, quien al minuto 5 aprovechó un desborde y definió con categoría para poner en ventaja al equipo tricolor. Fue un inicio prometedor que ilusionó a los hinchas con cerrar con dignidad una campaña irregular. Sin embargo, Bucaramanga reaccionó con inteligencia y, tras insistir por los costados, logró el empate al minuto 37 gracias a un certero remate de Fabry Castro. Ya en la segunda mitad, cuando el Pasto intentaba reordenarse, llegó el golpe definitivo: un cabezazo impecable de Cristian Zapata, digno de un defensor mundialista, sentenció el 2-1 final y dejó sin opciones al equipo visitante.
A pesar del resultado, es justo destacar el trabajo del técnico Camilo Ayala, quien debutó como entrenador profesional mostrando orden táctico, motivación en sus dirigidos y una idea clara de juego. Su lectura del partido fue acertada, y con muy poco tiempo logró darle identidad a un equipo que llegó sin aspiraciones a esta última jornada. Lo suyo es un punto alto y un mensaje esperanzador de cara al futuro.
No se puede decir lo mismo del frente de ataque. Los delanteros de Deportivo Pasto fueron, a lo largo del torneo, la gran deuda pendiente. La falta de efectividad fue evidente y reiterada, partidos sin peso ofensivo, jugadas que no terminaban en gol y una alarmante ausencia de contundencia. Es hora de que la dirigencia tome decisiones firmes: el equipo necesita verdaderos goleadores, jugadores con jerarquía, que marquen diferencias en los momentos clave y que no dejen escapar puntos por falta de definición.
El Pasto se despide de la Liga con más dudas que certezas, pero con una luz de esperanza en el banquillo. Si se hacen las contrataciones necesarias y se mantiene una idea de juego clara, este equipo puede volver a competir. El sur del país merece un equipo protagonista, no uno que simplemente compita.
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